El punto más cercano de la órbita de un planeta con respecto al Sol se llama, perihelio; y el punto más lejano se llama, afelio. Observa cómo el planeta se mueve más rapidamente en el perihelio, y más lentamente en el afelio.
A principios del mes de julio (generalmente, el día 4), en el afelio, la Tierra dista 152,10 millones de kilómetros del Sol, mientras que a comienzos de enero (también el día 4), en el perihelio o punto de su órbita elíptica más cercano al Sol, se encuentra a 147,09 millones de kilómetros del mismo.
Resulta evidente que cuando está más cerca del sol (situación llamada perihelio, que coincide con el verano austral e invierno boreal) recibe una mayor cantidad de calor debido a esa cercanía (mayor cantidad que se calcula en siete por ciento más), pero esto tiene un efecto prácticamente imperceptible en el clima y por ende en la temperatura promedio.
Se podría pensar que al recibir mayor cantidad de calor el verano austral sería más caluroso que el verano boreal, y por ende el invierno boreal sería menos frío.
Pero, y aquí está lo curioso, cuando el planeta está más cerca del sol (perihelio) y recibe más cantidad de calor, su temperatura promedio es más baja que cuando está más alejado.
La temperatura depende de diversos factores, uno de ellos, como vimos, es la mayor o menor distancia con el sol; otro, es la inclinación de su eje de rotación que incide en la inclinación de los rayos solares que llegan a la Tierra, haciendo que los hemisferios reciban distinta cantidad de calor.
Mientras la Tierra se mueve con el eje del Polo Norte inclinado hacia el Sol, el del Polo Sur lo está en sentido contrario y las regiones boreales (del norte) reciben más radiación solar que las del segundo. Posteriormente se invierte este proceso y son esas mismas zonas del hemisferio boreal las que reciben menos calor.
Pero, además, la temperatura también depende del tipo de sustratos al que llegan los rayos del sol (la roca absorbe energía, el hielo la refleja), de la dirección y fuerza del viento, de la latitud, de la altura sobre el nivel del mar, de la proximidad de masas de agua, etc.
El agua, por el contrario, demora más en calentarse pero también demora más en enfriarse (se disipa con más lentitud) manteniendo más estable y, con la ayuda de los vientos, más baja la temperatura.
La suma y resta de estos factores da como resultado que el verano (diciembre, enero y febrero) en el hemisferio austral (más cerca del sol pero con mayor masa de agua) sea menos caluroso que el verano (junio, julio y agosto) en el hemisferio boreal (más alejado del sol pero con mayor masa de tierra).
Como resumen podemos afirmar que, paradojalmente, nuestro planeta está más caliente cuando se encuentra más alejado del Sol osea en el afelio.
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Ciencia
3/23/2016
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